Uno de los mayores placeres de viajar en tren por Europa es mirar por la ventana. Desde montañas cubiertas de nieve hasta viñedos, ríos, pueblos medievales y costas brillantes, el tren te permite ver el corazón del continente en movimiento.
Pero para aprovechar al máximo esta experiencia, necesitas algo más que un billete: necesitas saber cuándo mirar, dónde sentarte y qué rutas elegir.
En este artículo, te doy una guía completa para disfrutar de los paisajes desde el tren como un viajero visual y atento.
1. Elige rutas que atraviesen paisajes naturales
Algunas líneas ferroviarias son mundialmente famosas por sus vistas. Si tu objetivo es disfrutar del trayecto tanto como del destino, prioriza rutas que pasen por:
- Montañas (Alpes, Pirineos, Apeninos)
- Valles fluviales (Rin, Danubio, Loira, Duero)
- Costas (Cinque Terre, Cerdeña, Riviera francesa)
- Regiones rurales y vinícolas (Alsacia, Toscana, Baviera)
📍 Rutas recomendadas:
- Glacier Express (Suiza)
- Bernina Express (Suiza–Italia)
- West Highland Line (Escocia)
- Linha do Douro (Portugal)
- GoldenPass Line (Suiza)
- Lucerna–Interlaken (Suiza)
2. Siéntate del lado correcto del tren
El paisaje puede cambiar drásticamente según el lado del vagón. Aquí algunos consejos rápidos:
- Glacier Express: lado derecho al salir de Zermatt
- Bernina Express: lado izquierdo hacia Tirano
- Douro (Portugal): lado derecho desde Oporto
- Flåm Railway: lado derecho bajando hacia el fiordo
- Cinque Terre: lado izquierdo para vistas al mar
💡 Busca foros de viaje o reseñas para conocer el “mejor lado” antes de embarcar.
3. Viaja durante el día
Parece obvio, pero muchas personas toman trenes temprano o de noche sin pensar en las vistas.
Mejores horas:
- Mañana: luz suave, ideal para fotos
- Tarde: colores cálidos y atardeceres
- Evita túneles prolongados en rutas nocturnas
Si vas a cruzar los Alpes, fiordos o valles, viajar con luz natural es imprescindible.
4. Lleva el equipo adecuado
No necesitas una cámara profesional, pero sí algunas herramientas:
- 📱 Celular con buena cámara
- 📷 Cámara compacta o sin espejo si eres aficionado
- 🧼 Paño para limpiar la ventana
- 🤳 Palo o soporte para selfies
- 🎧 Auriculares + playlist para el viaje
💡 Consejo: activa el modo avión para ahorrar batería mientras disfrutas del paisaje.
5. Conoce las ventanas: no todas son iguales
🚄 Alta velocidad (TGV, AVE, ICE)
- Ventanas grandes, vistas rápidas
- Algunas rutas van en túneles (menos visuales)
🚆 Regionales
- Ventanas más sencillas pero mejor acceso al paisaje rural
🚞 Trenes panorámicos
- Ventanas del techo al suelo (Glacier, Bernina)
- Vagones especiales con cúpulas de cristal
6. Busca rutas secundarias o alternativas
A veces, la opción más rápida no es la más bonita. Cambiar un tren de alta velocidad por uno regional puede ofrecer una experiencia visual mucho más rica.
Ejemplo:
- En vez de París–Lyon en TGV, prueba Lyon–Grenoble en tren regional.
- En vez de Roma–Florencia en Frecciarossa, prueba un regional por Arezzo.
7. No olvides mirar también dentro del tren
El viaje no solo está afuera: dentro del vagón, puedes observar:
- Comportamientos locales
- Familias, estudiantes, trabajadores
- Niños mirando por la ventana igual que tú
Los vagones también son paisajes culturales.
8. Apaga las distracciones digitales (al menos un rato)
Una hora de ventana puede darte más inspiración y descanso que una hora en redes sociales.
- No mires el celular todo el tiempo
- Escribe, dibuja o simplemente contempla
- Observa cómo cambia la luz, el cielo, la vegetación
🎧 Pon música instrumental, folk local o clásica para acompañar
9. Aprovecha las paradas intermedias
En algunas rutas panorámicas, puedes bajarte y volver a subir después.
- Bernina Express: paradas en Alp Grüm o Poschiavo
- GoldenPass: parada en Gstaad o Zweisimmen
- Douro (Portugal): paradas en Pinhão, Peso da Régua
Consulta si el billete permite esto y qué frecuencia tienen los trenes.
10. Guarda tus recuerdos visuales
- Haz un álbum digital del viaje
- Imprime tus fotos favoritas
- Escribe un diario del trayecto
📓 Anotar lo que viste, sentiste y pensaste convierte un viaje en una historia que vale la pena recordar.
Conclusión: mirar es viajar dos veces
Tomar el tren es mucho más que llegar a un destino. Es una oportunidad única de ver cómo cambia el mundo desde tu asiento, a través de paisajes que solo existen si te tomas el tiempo de mirar.
Así que si viajas en tren por Europa, no te limites a llegar. Mira. Disfruta. Recuerda. Porque a veces, lo mejor del viaje no está donde bajas… sino en lo que viste por el camino.
